Sí y no.
En 1965, el jurista Ahmed Rechim reclamó para Turquía la propiedad de la estatua, ya que la isla de Milo (Milos o Melos) pertenecía al Imperio Otomano en 1820, cuando se halló la escultura. En su demanda al Museo del Louvre, añadió estos datos: “También están enterrados los brazos de la Venus, y el lugar del enterramiento solo lo conocen tres familias turcas que se transmiten el secreto de generación en generación. Pero esos brazos no los sacaremos a la luz hasta que la Venus se reintegre a la patria”.
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