Cada vez se hace más evidente la importancia de dormir. Investigadores de la Universidad de Pensilvania demuestran que la privación del sueño a largo plazo puede resultar en la pérdida de neuronas, provocando un daño cerebral permanente.
El descubrimiento es especialmente preocupante para quienes trabajan un turno de noche. Previamente se ha demostrado que los horarios de trabajo que interfieren con el ritmo circadiano del cuerpo y los ciclos naturales del sueño provocan serios daños a la salud. Ahora, se descubre que las personas nocturnas se enfrentan a un peligro aún más grave.
El equipo de científicos, liderado por Sigrid Veasey, impuso a ratones de laboratorio un itinerario de sueño similar al que siguen quienes trabajan de noche. Los dejaban dormir un rato antes de despertarlos por periodos cortos y largos de tiempo. Posteriormente, analizaron la región cerebral conocida como locus cerúleo, un conjunto de células nerviosas asociadas a la función cognitiva y el estado de alerta.
Se sorprendieron al constatar el daño cerebral en los ratones; habían perdido el 25% de estas neuronas. Los investigadores creen que al perder horas de sueño, las células nerviosas respondieron emitiendo una proteína llamada sirtuin 3, la cual las protege. Sin embargo, cuando la falta de sueño se volvió un hábito, la reacción dejó de funcionar y las células empezaron a morir a un ritmo acelerado.
Los científicos concluyen que si bien el desvelamiento ocasional no provoca efectos negativos a largo plazo, una interrupción constante del ciclo del sueño causa un daño cerebral irreparable.
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