Muchos lo hemos visto y sufrido ese problema, después de ser lavadas algunas prendas terminan perdiendo tamaño, pero... te has preguntado alguna vez ¿que lo provoca?
Algunas telas como la lana son más propensas a este fenomeno porque el pelo animal está hecho de escamas de
queratina que están superpuestas como las tejas de un techo.
Cuando un suéter o jersey se calienta y se moja, las fibras se estrujan y el patrón de las escamas queda ajustado en una dirección, así que los hilos individuales de lana se tensan.
Otras telas se encojen porque, durante su producción, las fibras se estiran en los telares y esa tensión queda fija en la prenda final, hasta que se lava por primera vez.
Con el calor y el agua, las fibras se relajan y, al secarse, regresan a su longitud que tenían antes de que fueran transformadas en prendas de vestir.
Cuando un suéter o jersey se calienta y se moja, las fibras se estrujan y el patrón de las escamas queda ajustado en una dirección, así que los hilos individuales de lana se tensan.
Otras telas se encojen porque, durante su producción, las fibras se estiran en los telares y esa tensión queda fija en la prenda final, hasta que se lava por primera vez.
Con el calor y el agua, las fibras se relajan y, al secarse, regresan a su longitud que tenían antes de que fueran transformadas en prendas de vestir.
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