Cuando estamos emocionados por algo esto nos hace
anticipar lo que podría suceder, así que nos ponemos a pensar e imaginar todo
lo que podría pasar, lo bueno, lo malo, sus consecuencias, etc. Por
lógica como todos sabemos el estar pensado requiere de concentración y está
misma nos mantiene despiertos.
Al estar echados en la cama, cansados mas no
somnolientos, nos ponemos a imaginarnos cuán agotados estaremos al día
siguiente si no logramos conciliar el sueño. Nuestro propio insomnio empieza a
dominar a nuestra mente y entre más nos concentramos en ello, más se acelera el
proceso mental y sentimos menos sueño.
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