Este pequeño porta el nombre cientifico de Odontodactylus scyllarus, es un crustáceo depredador y solitario. Se encuentra en aguas
tropicales y subtropicales, y más de la mitad de sus ejemplares habitan
en el Pacífico.
Este colorido animalito puede parecer inofensivo, pero es todo un boxeador. Carece de pinzas como sus primas las langostas, así que se ha tenido que especializar en utilizar sus pedúnculos, de solo 5 milímetros de ancho, como mazas. Con semejante armamento es capaz de triturar el caparazón de las almejas y hasta el cristal de los acuarios normales. Las pequeñas pero explosivas mazas de esta solitaria criatura pueden generar una fuerza de hasta 500 Newtons.
A pesar de su nombre esta hermosa criatura, no pertenece a los carídeos (camarones), ni por supuesto tiene nada que ver con la mantis (un insecto) ni con el pavo real. En realidad se trata de un estomatópodo, grupo compuesto por 400 especies repartidas por todo el mundo.
¿Cómo es posible que este crustáceo pueda golpear con tal fuerza, miles de veces, sin dañarse a sí mismo? Para dar respuesta a este interrogante, los expertos examinaron el núcleo duro de las "cachiporras" del camarón mantis. Estas mazas se componen de múltiples capas de materiales mineralizados capaces de absorber los impactos, aparentemente sin daños.
Aunque su tamaño es pequeño (no mide más de 18 centímetros), si te da un puñetazo lo hará a modo de garrote, con la aceleración de una bala del calibre 22. Y clavándote después una púa rudimentaria que porta en sus patas. Aunque también hay una versión de esta especie, la perforadora, capaz de agujerear la piel del enemigo hasta reducirlo.
Lo que más llama la atención de su aspecto es su colorido: oliva aterciopelado, rojo y brillante turquesa para su tronco, un par de piernas rojas y unos extraños ojos rosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario